lunes, 25 de agosto de 2008

“El peligro de la locura no es para quien la sufre, sino para aquellos que no pueden distinguirla” (Abel Desestress)



Voto comprado

Así serán las últimas encuestas que al Presidente de la República no le ha quedado otro remedio que apelar al viejo chantaje de la política: si no votan por mis candidatos, pues perderán los avances revolucionarios que les “garantizan hoy alimentación, salud y educación”.

Esto no es sólo una muestra de debilidad del proyecto socialista sino un vulgar ultraje a los seguidores del proceso, a quienes se les exige el voto a cambio de bienes materiales y servicios que están plasmados como obligatorios tanto en las constituciones del 61 como en la bolivariana, valga recordar, la mal llamada “bicha”.

En realidad, ha resultado ser una verdadera Bicha, porque hasta ahora no sólo es el instrumento que permite al jefe del Estado cualquier atropello contra los derechos de los ciudadanos, sino que, entre sus resquicios, se han ido abriendo las puertas para que legalicen, ya sea desde la Fiscalía, la Contraloría o el Tribunal Supremo, actos contrarios a la esencia democrática real y participativa que supuso la Constitución aprobada.

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