domingo, 2 de marzo de 2008

Peon negro, da jaque mate a la reina


No se si sera mejor, pero yo hubiera preferido a mi madre, en la direccion del hogar. (Abel Desestress)

Claro que después de Margaret y su accionar por unos miserables islotes llamados las Malvinas, a uno le quedan sus dudas.

MIAMI.- Cuando faltan cuatro días de las primarias en Ohio y Texas, las chances de Hillary Clinton de conquistar la nominación demócrata se han reducido al espesor de un cabello. Barack Obama no sólo tomó la delantera a nivel nacional, sino que, a juzgar por la última encuesta de la CNN, aventaja a Clinton en Texas, uno de los estados cruciales para las aspiraciones de la ex primera dama.

Clinton debe ganar holgadamente en Ohio y Texas el martes próximo y en Pensilvania el 22 de abril para mantenerse en carrera. Texas lleva 228 delegados y Ohio, 161. Si alguno se vuelca por Obama, Clinton habrá perdido las chances de capturar la candidatura demócrata.

Ya que es casi seguro que ninguno de los dos logre reunir los 2025 delegados necesarios para asegurarse la nominación, esto deja un espacio de imprecisión en el que parecen haberse refugiado las últimas esperanzas de la campaña de Clinton.

Por una parte, está la suerte de los 313 delegados de Florida y Michigan, estados penalizados por adelantar sus primarias. Ambos los ganó Clinton. Si la convención del partido decide aceptarlos, Clinton pasaría al frente.

Luego, están los 796 superdelegados, un grupo de dirigentes partidarios que puede votar "según su conciencia", sin obligación de respetar el resultado de sus estados. Por ahora, la mayoría se inclina por Clinton y esto ayudaría a licuar la ventaja de Obama.

Pero cualquier decisión que aparezca como contraria a la voluntad de los votantes, esto es, que no respete al candidato que hubiera reunido la mayor cantidad de votos o de delegados, será percibida como antidemocrática y perjudicará las posibilidades de los demócratas en la elección presidencial.

Apoyo creciente

Con cada nueva encuesta, crece la figura de Obama y decrece la de Clinton. La sucesión de victorias del candidato negro después del supermartes le permitió consolidar su posición, hasta el punto de morder fuertes tajadas del electorado que hasta hace poco se describía como "clintonista" a ultranza.

Mujeres, hispanos y trabajadores blancos comienzan a mostrarse más dispuestos a otorgar su apoyo a Obama, como quedó en evidencia en Michigan, donde estos sectores permitieron a Obama aventajar a Clinton por 17 puntos.

Más impensable aún hasta no hace mucho, fue que dos poderosos sindicatos como el de camioneros Teamsters Union y la Unión Internacional de Empleados de Servicios, mayoritariamente blancos, volcara su apoyo a Obama.

Una lectura errónea

¿Qué sucedió? ¿Qué errores cometió Hillary como para que la ventaja que llevó durante gran parte de la campaña se disolviera en apenas un mes?

Errores hubo muchos, en particular, el haber hecho una lectura equivocada del ánimo general y haber puesto énfasis sobre la experiencia y sobre su capacidad de ser tan dura como un hombre, cuando la gente busca algo diferente: un cambio que, aunque impreciso, expresaba la necesidad de una ruptura con el pasado, con lo conocido.

Pero es probable que aún si los errores no hubieran existido, la candidatura de Clinton habría terminado con el mismo destino. Porque Barack Obama escaló la pendiente hasta liderar la carrera por la nominación, no por los errores de Hillary y Bill Clinton sino por sus propios méritos.

Obama tocó una fibra sensible del espíritu norteamericano: la voluntad de arriesgarse a cambiar. Tal vez esta voluntad no la tenga todo el pueblo norteamericano, pero lo está en un número suficiente como para producir el fenómeno de convertir a alguien llamado Barack Hussein Obama en un serio contendiente a la presidencia.

Una inspiración

Obama ha probado ser capaz de inspirar en los más diversos sectores, aún algunos con una tradición recalcitrante, la convicción de que los Estados Unidos puede ser un país diferente, más tolerante y generoso, capaz de otorgarle a un hombre de raza mixta la oportunidad de conducir el destino de la nación.

Clinton no pudo competir con semejante desafío. La emergencia de Obama eclipsó el significado de su revolución y le hizo perder resonancia.

Siempre hay giros inesperados en la política y la resurrección de Hillary Clinton podría ser uno de esos casos. Es posible pero no es probable. Por lo menos en el campo demócrata, la disposición a elegir a un candidato negro parece estar madura.

O tal vez sea más apropiado decir que lo que ha madurado es la capacidad de olvidarse del color de su piel.
De cualquier modo EEUU sigue con el ejemplo que todo es posible en el sueño americano. (Abel Desestress)

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